Aprende a utilizar tu seguro de vida como activo financiero
Sí, el seguro de vida puede ofrecer un beneficio a sus seres queridos cuando usted fallezca, pero también puede ser un activo financiero durante su vida. Aprenda cómo funciona leyendo este artículo.
Cuando piensas en un seguro de vida, tu primer pensamiento puede ser apoyar a tus seres queridos en caso de que fallezcas, pero algunas pólizas de seguro de vida pueden convertirse en un activo financiero que podrías utilizar durante tu vida, al igual que una IRA o un fondo mutuo (mutual fund). Estas pólizas de seguro de vida permiten al propietario generar valor en efectivo con el tiempo y brindar acceso al mismo. En algunos casos, puedes realizar un retiro y, en otros, puedes pedir prestado contra tu póliza; y si lo haces bien, también puedes evitar una obligación tributaria.
Por supuesto, no todas las pólizas de seguro de vida son iguales. Si estás buscando una póliza adecuada para ti y quieres asegurarte de elegir una que pueda servirte como activo, solo debes considerar pólizas que tengan un valor en efectivo. Por lo general, solo las pólizas de seguro permanentes caen en esta clasificación; las pólizas de seguro temporal, que generalmente son menos costosas y válidas por un número determinado de años, no ofrecen la posibilidad de hacer crecer el dinero en una cuenta que puedas aprovechar.
A continuación presentamos un desglose de algunas de las pólizas que pueden servir como un activo, cómo funcionan cuando deseas aprovecharlas y a qué debes prestar atención.
Las pólizas de seguro de vida que pueden servir como activo
Las pólizas de seguro de vida permanentes te permiten participar en inversiones conservadoras como fondos mutuos o fondos cotizados en bolsa (ETFs o exchange-traded funds). Puedes elegir cómo deseas diversificar tus inversiones, lo que te permitirá seleccionar tu póliza para cumplir con tu nivel de tolerancia al riesgo y con los objetivos que tengas en mente. Por esta razón, el seguro de vida permanente puede servir como una protección contra el riesgo de mercado.
Hay dos tipos principales de seguro de vida permanente que se pueden utilizar como activo: seguro de vida total (whole life insurance) y seguro de vida universal (universal life insurance).

Seguro de vida entera
Este es el tipo más común de seguro de vida permanente que, además de un beneficio por fallecimiento, ofrece al titular de la póliza la posibilidad de acumular valor en efectivo. Esto funciona porque una parte de la prima que pagarás cada mes se deposita en una cuenta de valor en efectivo. Piensa en ello como una póliza de seguro con un componente similar a una cuenta de ahorro. Su valor en efectivo se acumulará con el tiempo a una tasa mínima garantizada indicada por tu póliza. Solo asegúrate de leer la letra pequeña de tu póliza para comprender de qué se trata. También es digno de mención que las primas de estas pólizas generalmente no aumentarán durante la vigencia de la póliza.
Seguro de vida universal
Las pólizas de vida universales funcionan de manera similar a las de vida entera: permiten a los asegurados hacer crecer un activo acumulando intereses a lo largo del tiempo que pueden tomarse a través de un préstamo. Ten en cuenta que, con las pólizas de vida universales, las primas no están fijas, lo que significa que están sujetas a cambios, y tampoco hay garantías sobre la tasa que ganará tu dinero con el tiempo. Bajo el paraguas de vida universal existe algo llamado “seguro de vida universal variable” (variable universal life insurance), que permite a los titulares de pólizas invertir sus ganancias en las cuentas que elijan (incluidos fondos mutuos), de modo que tengan el potencial de ganar más con el tiempo.
Cómo utilizar tu seguro de vida como activo
Hay varias formas de utilizar tu seguro de vida como activo. A medida que contribuyes a tu póliza a lo largo de los años, obtienes la posibilidad de pedir prestado contra lo que has ahorrado. Además, todas tus ganancias aumentan con impuestos diferidos (tax-deferred basis). A continuación, presentamos algunas formas de maximizar el potencial de tu activo.
Obtén un préstamo de tu póliza
Puedes pedir prestado contra el valor en efectivo de tu póliza de seguro de vida permanente. Simplemente lee la letra pequeña si eliges este camino. El tipo de interés puede ser fijo o variable y lo determina la aseguradora. Además, si tomas un préstamo contra tu póliza y no lo pagas antes del momento de tu muerte, cualquier saldo pendiente que adeudes se restará de lo que hereden tus beneficiarios.
Utiliza tu póliza como garantía para un préstamo
En algunas situaciones, puedes utilizar tu póliza de seguro de vida como garantía para un préstamo, lo que puede facilitarte la aprobación o, tal vez, obtener una mejor tasa para el préstamo que estás solicitando. (Esencialmente, tu póliza de seguro de vida sirve como un activo para demostrar tu confiabilidad como prestatario). Pero ten en cuenta que, si mueres antes de pagarlo, todo lo que aún debes se descontará antes de que tus beneficiarios vean el beneficio.
Retirar Fondos
En lugar de tomar un préstamo que deba ser reembolsado, también puedes simplemente hacer retiros de tu póliza de manera que serás capaz de conservar ese dinero sin adeudarlo; solo ten en cuenta que, si tu retiro es un monto lo suficientemente grande, deberás pagar impuestos. (Y, al igual que un préstamo, la cantidad que retiras es dinero que no se pagará a tus beneficiarios más adelante, porque tu retiro disminuye el valor de la póliza).
Opción de beneficios “acelerados”
Algunas pólizas te permiten recibir tus beneficios en vida en caso de que surja una emergencia médica extrema o inesperada como cáncer, ataques cardíacos o insuficiencia renal. La mayoría de las pólizas con esta opción te permiten retirar entre el 25% y el 100% del valor de tu póliza.
Entregar la póliza (retiro de efectivo)
Decir que estás “entregando” una póliza es simplemente otra forma de decir que estás cancelando tu cobertura. Cuando haces esto, recuperas el valor en efectivo que habías invertido menos los cargos que pueda cobrar tu compañía de seguros. Simplemente estudia atentamente la letra pequeña, porque en algunos casos esas tarifas pueden ser bastante elevadas. (Piensa en ello como un retiro anticipado de una cuenta de jubilación; sabes que habrá sanciones). Dicho esto, si ya no deseas mantener tu póliza y tienes otras necesidades más urgentes para ese dinero, finalizar la póliza puede ser una opción sólida.

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